18 Oct
18Oct

La corriente de chorro, fue descubierta, hace relativamente poco tiempo, concretamente en el año 1944, cuando en los primeros vuelos realizados en altura por los bombarderos americanos B-29, en la Segunda Guerra Mundial, tenían un destino claro: destruir Japón.


Centrándonos, ya en la actualidad, estamos ante una corriente de aire, que recorre el planeta con unas velocidades extremas, alcanzando los 750 kilómetros por hora.


Estás corrientes tienen una anchura que va entre los 100 y los 200 kilómetros, y una profundidad, o altitud, según se mire, de 4 a 5 kilómetros. 


Nos encontramos ante grandes "canalizaciones de aire" que tienen como destino ser fundamentales para la formación de frentes, y viendo sus ondulaciones y en el menor de los casos,  rectas,  podemos conocer algo mejor el funcionamiento de la dinámica atmosférica.


En cada hemisferio, tenemos dos corrientes de chorro, con separación entre la célula polar, con la de Ferrel (nuestra latitud), y la de Hadley (Ecuatorial). La única diferencia entre ambos hemisferios, muy importante por cierto, es el efecto Coriolis, que en otra entrada explicaré.


Las corrientes Polares, son especialmente fuertes, circulando a unos 11 kilómetros de altura con velocidades sostenidas de 450 kilómetros por hora.
Las corrientes subtropicales, son bastante mas débiles, circulan a mayor altura, ya que la atmósfera en las zonas cercanas al ecuador es más ancha que en la zona polar, y volviendo a su debilidad, en momentos del verano, pueden llegar a desaparecer.


 Siempre se mueven hacia el este, por lo tanto, cualquiera de nosotros lo notaríamos como viento del oeste, en el hemisferio Norte. Por contra en el Hemisferio sur, notaríamos el viento en la misma dirección que sale el sol, e iría hacia donde ocupa cada día su ocaso.


Como cualquier corriente de aire, no estamos ante algo estático, sino con una masa que fluctúa como toda la atmósfera, pareciéndose bastante al movimiento de masas de agua de distinta temperatura y humedad.
Se producen ondulaciones en esta corriente, algunas veces por factores orográficos y otras por la interrelación de distintas masas de aire y diversos fenómenos acoplados a estas, que los físicos todavía estudian para poder explicarlas algún día.


En otros planetas como Júpiter, en las que los gases no son transparentes, como sí le pasa al oxígeno de la tierra, podemos observar perfectamente esas ondulaciones, y nos hacemos una idea de la fuerza que tienen estos chorros.

Imagínese, que este aire que respiramos cada día, tuviera un pequeño tinte, y pudiéramos mirar al cielo y ver estas vertiginosas corrientes... nos quedaríamos anonadados ante su brutalidad, y algunos de nosotros no volveríamos a montarnos en un avión.

Autor : José Daniel Saura Laguna.
Meteorologo Aficionado
( Miembro del Grupo de Facebook de Aficionados a la Meteorologia de Murcia )



Grafico del Jet Stream adaptado de iaspedia.net

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